¡Feliz día papito!

Por tres años consecutivos tanto el día de la madre como el del padre las pasaré lejos de ellos. De mi madre y mi padre, de mis abuelas y mis abuelos, de mis tías y tíos, de mis primos papás y de mis primas mamás.

Aunque este primer año no sentí tanto la pegada de festejar un día de la madre lejos de mi familia, porque en Argentina no se celebra ese mismo día -sino en octubre- saber que estaba lejos de mi mamá y no poder darle un abrazo y un beso me partía el corazón.

Este fin de semana. Tercer domingo de junio, es el día del padre. Y muchas emociones llenan mi vida de tristeza y soledad. Ver y escuchar en cada esquina, en cada comercial, en cada entrevista y en cada conversación, cosas alusivas a esta fecha me hace recordar que no estaré cerca a papá.

El papá que yo tengo es el mejor del mundo -sé que todos decimos lo mismo- pero el mío no lo cambio por ninguno. Aunque aparente seriedad y disciplina (la vida militar fue su vida) en casa las cosas eran distintas.

Es el más palomilla de la casa. Es el más alegre de la familia. Es el más juguetón de los papás. Es el más sentimental de sus hermanos. Y es el ejemplo de hombre que espero algún día encontrar. Por eso siempre me pregunto:

• ¿Qué papá se levanta a las 6 de la mañana o antes porque el perro ladra para sacarlo a pasear,
• qué papá después de pasear al perro, limpia el patio donde ese mismo perro hace su trabajo,
• qué papá decide prepararte el desayuno: el jugo, la leche, el pan y ayuda a mamá a arreglar las loncheras de sus hijos,
• que papá le gusta ocuparse de las compras de la casa,
• qué papá se lleva bien con tus amigas y amigos,
• qué papá no pone mala cara porque llevas al enamorado a tu casa, sino mas bien espera que uno le diga quien es esa persona,
• qué papá decide apoyar a sus hijos cuando deciden emprender metas lejos de casa,
• qué papá saca las garras cuando a sus hijos les hacen algún daño…

Pues todas esas cosas y más es mi papá… extrañarlo es una de mis tareas diarias, al igual que a mi mami y a mis hermanos.

Sé que no se necesita una fecha especial para homenajear a mamá y papá, pero particularmente nosotros en casa la celebramos diferente: todos en familia. Reunirnos abuelo, abuela, tíos, tías, primas, primos, sobrinos y sobrinas; es una de las costumbres más bonitas que deseo inculcar cuando yo tenga familia. Todos en casa, todos en casa de una tía o todos en casa de la abuela. Compartiendo conversaciones, risas, emociones y recuerdos.

Este día del padre para mí también tiene algo especial, al igual que la familia de papá. Es el primer año que la pasaremos sin la presencia de mi abuelo Tranqui. Sin la presencia física pero con la presencia espiritual y emocional. A él a la distancia le brindo siempre mis oraciones. A él un feliz día del padre especial.

Por eso si tienes a tu padre o a tu madre cerca o también lejos, no dejen de decirle nunca lo especial que son. A veces pensamos que son pesados, molestosos o incluso que se me meten en nuestras vidas, pero como mi mamá siempre me dice… «ellos quieren lo mejor para uno».

En este domingo que se aproxima si no le dijiste a papá que lo quieres pues no dudes en decírselo. Él no espera algo material sino un abrazo y un beso que salga de tu corazón. No esperemos estar lejos o que ellos no esten con nosotros para decirles que los amamos.

Por eso a mi papá… ¡FELIZ DÍA PAPITO!… TE QUIERO MUCHO Y EXTRAÑO UN MONTÓN.

Lo que empiezo a extrañar (I) de casa:

– Levantarme a las 9 de la mañana porque no tengo nada que hacer (no tengo chamba).

– Tomar desayuno con mi papá y mis mamitas queridas: aquella que me vio nacer y que gracias a ella puedo viajar; y aquella que aguantó mi niñez, pubertad, adolescencia y ahora mi adultez y que gracias a Dios sigue con nosotros.

– Encender mi computadora a la hora que yo quiero para hablar con mis amigos y familiares.

– Dormir con 7 peluches alrededor de mi cama (un pato, un gato, una patilarga, un topollillo, un oso, un conejo y un peluche con uniforme de la «U») y una almohada muy atípica en una habitación. Y encima de la cama ver un estante con más peluches.

– Que mi mamá me grite porque disque mi habitación está desordenada -ya saben como son las mamis.

– Limpiar mi casa con la radio a todo volumen.

– Cocinar algunos días domingos porque mi mamá lo ha hecho durante la semana.

– Ver en la pared de mi cuarto los diversos dibujos hechos por mí, posters de deportistas que me gustan y de pelis aquellos coleccionables que vienen en los diarios :D, una bincha que dice <Y… Dale «U» Tricampeón> y fotografías de aficionada, de mi abuelito y de papá Dios.

– Ver en la puerta de mi habitación mi nombre y en la manecilla otra bincha de la «U».

– Despertar como a las 6:30am porque mi hermanita, que se va a trabajar, hace mas bulla.

– Escuchar a esa misma hora la licuadora y el olor a aderezo, porque mi papá está haciendo jugo y mi mamá cocinando.

– Abrir el ojo algunos fines de semana porque mi hermanito llega de parrandear bien tempranito 😀

– Que mi papito me lleve el jugo a la cama -lo ha hecho desde que yo estaba en el cole-.

– Reunirme cada cumpleaños, de cada tío(a), primo(a), sobrino(a), abuelito(a); porque así siempre es. Y es agradable hacerlo y espero poder inculcárselo a mis hijos y a mi esposo… jjejeje

– A veces ver televisión en la cama de mi hermano todo una tarde y noche porque disfrutamos de lo mismo. O incluso yo echada en su cama y él jugando cada FIFA que aparece en el mercado, ahora está en el FIFA 2008.

– Los domingos familiares, los sábados bisteck y los viernes pescado

– Acostarme entre mi mamá y mi papá -creo que esto no debo confesarlo, pero ya no lo voy hacer- porque extrañan y quieren tener un bebé (nieto o nieta) URGENTE!!!!

– Levantar a mi hermana o llamarla por teléfono para pedirle prestado un par de zapatos, un polo o alguna cartera, si es que ya no se lo pedí antes 😀

– Ver renegar a mi papá y a mi mamá por, a veces, cosas sin importancia pero también verlos contentos, sonrientes y queriéndose cada día más.

– Que mi mamita segunda (la que me crió desde que yo tenía 2 años) escuche mis penas, mis alegrías y mis problemas con mis papas.

– Escuchar a mi Lucas llorar, mi perrito lindo, porque quiere que lo saquen a pasear -todos los días papito lo hace-; aunque ya estoy acostumbrada y ya no me despierta tan seguido.

– Jugar con Lucas porque es un perro juguetón, porque es lo máximo y porque ya tiene 9 años con nosotros y el ha sido uno de los motivos por lo que ha habido muchos cambios en casa, tanto como estructura como en nosotros como familia.

– Y sobre todo mi casa. Aquella casita donde compartía la habitación con mi hermana y ahora es una más grandecita (2do piso) que incluso ahora que me marcho quedará más habitaciones.

Aunque hay muchas cosas que voy a extrañar, lo esencial es mi familia, aquella que siempre me ha apoyado y espero yo saber recompensar. A mis papas, a mi segunda mamá, a mi hermano, a mi hermana y a mi perro estas palabritas. LOS QUIERO!!!